Memorias narradas: el testimonio esclavista cubano como H/Historia

Autor: Peter Ervin
Edición: 4ª
Resumen: Contradiciendo al gran ensayista colombiano Germán Arciniegas, Eduardo Posada-Carbó revela cómo la ficción puede ser apadrinada erróneamente como historia a través de un análisis de la ya famosa masacre bananera descrita en Cien años de soledad.1 Siguiendo la vía analítica de Posada-Carbó, los textos esencialmente testimoniales Autobiografía de un esclavo, de J. F. Manzano, y Biografía de un cimarrón, de M. Barnet –con cierto aporte literario que quizá implica una presentación y una hasta manipulación por parte de segundos autores–, tienen en su raíz una identidad histórica de autenticidad documental. Por ende, aunque la definición testimonio en sí es problemática, Autobiografía y Biografía deben ser leídos primero como documentos históricos, testimonios en primera persona, a pesar de la intervención autorial que marca ambos textos. Las miradas personales de Juan Francisco Manzano y Esteban Montejo son notables por representar las únicas narraciones en primera persona que ponen de relieve la vida de un esclavo, no sólo en Cuba sino en toda Latinoamérica. En cierta manera, la biografía de Montejo y la autobiografía de Manzano son dos ejemplos más del género más autóctono de la literatura hispanoamericana: la crónica.

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Gaceta Hispanica de Madrid

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